A las seis y media de la tarde y sin miedo al calor nos ponemos en marcha. Hacemos la salida desde la parroquia,desde donde sale el Santo en sus andas y a hombros de los hombres del pueblo y a ritmo de la música lo acompañamos hasta un lugar situado en la ribera del río llamado El Santo, ruinas de una antigua ermita benedictina siendo lugar de paso en tiempos del rey Fernando para los fieles peregrinos
El hermoso paraje de la ribera, el olor a campo, el sentir del camino.... nos sumerge en meditación. Unos ratos en silencio y otros disfrutando de la compañíaa del que te encuentras al lado hace de este trayecto un momento especial, Al llegar al " Santo " y bajo las ruinas de esta ermita celebramos la Eucaristía y como fatigados del camino se presenta hambre y sed antes de retomar el camino de regreso el ayuntamiento ofrece a todos bocadillos y bebidas; y ya con el espíritu fortalecido por la Eucaristía y la barriga llena por el alimento nos volvemos contentos hacia el pueblo donde otro año más esperará San Benito impaciente para disfrutar de la próxima romería.
